Desde la recuperación democrática se ha visto una efectiva evolución de la condición jurídica de las mujeres. Sin embargo, persiste una enorme brecha entre esos avances y los derechos reconocidos y la posibilidad real de ejercitarlos.
En ese contexto, Margarita Stolbizer, precandidata a Diputada Nacional, mantuvo reuniones en La Plata y Olavarría con mujeres empresarias y emprendedoras y en Junín con Mujeres protagonistas profesionales o militantes de organizaciones sociales.
La falta de autonomía económica de las mujeres y su desigualdad en el mundo del trabajo y de las responsabilidades familiares, juegan en contra de sus posibilidades de enfrentar las disparidades y la violencia de género. La igualdad de derechos y oportunidades sigue siendo una asignatura pendiente.
Por eso, promoveremos: la eliminación de toda forma de discriminación y violencia por razones de género para disminuir las tasas de femicidios; la promoción de las mujeres en el acceso al empleo y los ascensos a espacios de decisión y dirección; las responsabilidades familiares compartidas para realizar el desarrollo individual de las mujeres; las políticas de apoyo económico concreto para emprendedoras en el marco de promoción de las pymes.
Y lo haremos con algunos proyectos concretos:
- Reforma de la legislación del trabajo para adaptar las licencias y responsabilidades a los nuevos marcos de organización familiar, poniendo a la mujer en las mejores condiciones para no sufrir desplazamientos por razones de género en el acceso al mercado ni en sus posibilidades de ascenso, asegurando la igual remuneración por igual tarea.
- Asignación presupuestaria específica para el otorgamiento de líneas de créditos y subsidios para las mujeres y organizaciones de emprendedoras destinadas al desarrollo económico, la independencia y la generación de empleo, promoviendo, además, la creación de programas especiales en las instituciones bancarias públicas y privadas.
- Creación de un Sistema Nacional Integrado de Cuidados, poniendo en valor el trabajo doméstico y las tareas de cuidado (de niños y niñas en primera infancia, adultos mayores, personas enfermas o con discapacidad) que están a cargo de mujeres y no son remunerados. Para ser parte de un sistema que atienda esta cuestión de manera eficaz e integral, se necesita una participación articulada del estado y de los sectores privados, sindicales, empresariales y de las organizaciones sociales.