Abogada – Política – Diputada Nacional

DE LAS «ZAPATILLAS» DE RUCKAUF A LA «OLA NARANJA» DE SCIOLI

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DE LAS ZAPATILLAS DE RUCKAUF A LA OLA NARANJA DE SCIOLI
En un año electoral, donde nos enfrentamos con opciones que se presentan como continuidades, cambios o alternativas, la campaña “ola naranja” liderada por Daniel Scioli representa claramente la vieja forma de hacer política vinculada al uso de los recursos públicos al servicio del candidato en detrimento del interés general.
Aulas naranjas
En estos días hemos asistido a una fiel muestra del oportunismo y los abusos del gobernador de la Provincia de Buenos Aires quien ha demostrado sus “dotes artísticas” decorando las aulas de color naranja.

Ahora, sarcasmo aparte, la elección del color del mobiliario no es azarosa ni inocente, y es aún más repudiable y cuestionable por haber invadido un ámbito tan relevante y sensible como lo es la educación pública.

De todos modos, esto no debe ser leído como algo novedoso, ya que la “ola naranja” de Daniel Scioli viene impregnando la vida cotidiana de los bonaerenses de forma obscena:

Ciudades naranjas
Ciudades naranjas

Balnearios naranjas
Balnearios naranjas

Deportes y espectáculos copados por la “ola naranja”
Deportes y escpectaculos naranjas

La llamada “ola naranja” impulsada por Scioli hace unos años es una clara manifestación del manejo discrecional de los fondos y recursos públicos.

En un contexto donde el Estado se confunde con el gobierno y los partidos políticos, este tipo de prácticas no sólo exacerba el personalismo centrado en la figura del candidato sino que nada tiene que ver con el objetivo de la política que debería ser resolver los problemas de la gente y mejorar su calidad de vida.

Esto no es privativo de Daniel Scioli, sino que lamentablemente forma parte de una misma forma de hacer política –aunque muchos pretendan presentarse como “renovadores”- sobre todo cuando nos acercamos a las elecciones. Basta con recorrer la ciudad de Buenos Aires, desbordada de amarillo PRO o bien trasladarse en los nuevos trenes “made in China” con la imagen del Ministro del Interior que, vaya paradoja, tendrá a cargo el manejo de los fondos de la campaña electoral.

Es hora de abandonar estas viejas y repudiables formas de hacer política y responder a la ciudadanía con transparencia, ética y responsabilidad en la gestión pero por sobre todo con una visión transformadora de la política que esté al servicio de los intereses del pueblo y no de espaldas a él.
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