Por Margarita Stolbizer.
Muchas gracias un orgullo para mí estar en esta universidad en particular cuna de la reforma pero por sobre todas las cosas el germen de muchas otras luchas sociales durante mucho tiempo.
Agradecida por la posibilidad de compartir este evento con afectos que hemos construido durante muchos años a partir de las ideas, lo planteó Mario recién y son los encuentros que se han dado durante todo nuestro tiempo sobre todo en la afinidad del encuentro natural que se da cuando defendemos y luchamos por las convicciones que tenemos.
Por sobre todas las cosas aceptar el desafío de compartir un debate sobre el reformismo y pensando el reformismo con los compromisos hacia adelante, esa idea de pensandonos para gobernar o preparados para gobernar es sin duda un incentivo extraordinario un desafío extraordinario para el día de hoy.
Pensar el reformismo es sin duda pensarlo como una ideología política social que se diferencia de las ideologías reaccionarias o revolucionarias por sobre todas las cosas porque abona el diálogo se sostiene en el diálogo y en la construcción de los consensos, la ideología del reformismo pensada así es el intento de cambio de transformación con una intención aquella original que era democratizar la estructura universitaria y en este punto que es la democratización de las instituciones es donde el reformismo hoy no puede no discutir el tremendo momento que vive la argentina de debilidad institucional, yo lo digo sinceramente con preocupación y con dolor , no hemos visto desde la recuperación democrática un momento de tanta precariedad institucional como la que vivimos, o se creen acaso que las peleas de la vicepresidenta con el presidente no impactan hoy en la sociedad.
Esta manga de irresponsables que nos gobiernan nos han llevado a una situación tremenda de deterioro de nuestras instituciones que tienen como víctimas al conjunto de la sociedad como espectadores involuntarios de una pelea que debilita las instituciones y que nos interpela a nosotros como reformistas. Que hay sino atrás de esos días pasados el senado aprobando un proyecto para que cada gobernador tenga un miembro en la corte suprema de justicia de la nación! ¿No están haciendo trizas las instituciones de la república? ¿El estado de derecho?.
Ahí es donde así como nosotros discutimos el reformismo y ha sido nuestra hoja de ruta de muchos años de militancia lo es también hoy en nuestra tarea legislativa, el reformismo legislando tiene que tomar cada uno de estos, el deterioro institucional de la argentina es el deterioro de la moneda de la institución de nuestra economía la inflación es el ajuste encubierto que no se mira por lo que suben los precios sino por lo que pierden los salarios y las jubilaciones, la inflación es sin ninguna duda lo que genera especulación y deteriora los vínculos sociales y saben qué pasa frente a la inflación no hay receta mágica la inflación se combate con estabilidad política y equilibrio y eso no lo puede hacer un gobierno de inestables y desequilibrados.
Ahí es donde el reformismo tiene que estar, nuestra obligación es frente a toda esa trayectoria de los principios que heredamos poder discutir una agenda actual estamos comprometidos con los principios de la reforma pero por sobre todas las cosas estamos comprometidos con el presente y el futuro.
Aquellos principios de la reforma por supuesto que nos interpelan y nos obligan a nosotros en particular en nuestra tarea legislativa o no lo es aquella proclama de los jóvenes universitarios de Córdoba a los hombres libres de Sudamérica.
Es eso el llamado a construir una identidad que es mucho más que pensar en acuerdos o proyectos comerciales o económicos la construcción de esa identidad latinoamericana que es la que sin duda en nuestra ideología nos ha hermanado sin duda con el Frente Amplio Uruguayo con el Partido de los Trabajadores en Brasil que no se ha hermanado con la Bachelet que defendió la educación pública y que no tuvo ningún empacho para ir a la ONU a defender los derechos humanos y denunciar la dictaduras de Nicaragua y Venezuela.
Nosotros también miramos hoy expectantes lo que son los cambios en Chile donde surge un presidente que viene justamente de la generación de las proclamas o las marchas estudiantiles o lo que está pasando también en Colombia.
Pensar en aquellos principios de la reforma es también pensar que cuando se peleaba por la libertad de cátedra era la libertad de ideas, era el saber que se aprende escuchando al otro y se construye desde las diversidades, el valor del diálogo, de reconocer al otro con quién vale la pena hablar, esos son principios que están absolutamente vigentes en la construcción del país que queremos.
Pensar en la comunión del movimiento estudiantil con el Movimiento Obrero protagonizamos tantas luchas juntos. Y no solo ya esta altura hablamos del Cordobazo del Rodrigazo las peleas durante la época neoliberal donde se instaló la arquitectura nefasta de la educación en este país entregada a las lógicas del mercado de la década del 90.
Ahí también nos encontramos y nos hermanamos el movimiento estudiantil con el movimiento obrero y más contemporáneamente cuando acompañamos la carpa blanca cuando constituimos el frente nacional contra la pobreza que terminó con la asignación universal como un derecho ciudadano.
Dentro de aquellos principios que nos siguen interpelando sin duda está también esa idea central del reformismo que es la pelea por lo justo, o la lucha contra lo injusto, esa idea de la libertad y esto vale la pena también como una agenda de nuestro tiempo sobre todo a quienes nos toca a legislar porque es necesario pensar un proyecto de país donde lo justo la igualdad y la libertad se sostienen en contra de aquellos que hoy están discutiendo quién maneja los planes sociales.
En un país donde solamente en el último semestre medio millón de personas pasaron a integrar los números de la pobreza, la educación tiene para nosotros un rol central en la búsqueda de esa igualdad como horizonte.
Hay que pensar seriamente en esto porque los que han hecho de la política social clientelar o del clientelismo social la lógica más perversa de este gobierno están lejos de ser progresistas, eso es conservadurismo al más extremo que se puede conocer.
El proyecto progresista no puede aceptar que la discusión hoy sea quien maneja los planes sociales, mientras que eso sigue siendo sostener un sistema de dominación de los sectores más pobres como clientela electoral de los que gobiernan y de los que tienen el poder, esa es la agenda hoy del progresismo, la idea de la reforma de los principios de los justo, de la igualdad, de la libertad tiene que tener también hoy un correlato en la lectura de una agenda actual moderna que nos obliga a incorporar la sustentabilidad ambiental como parte de nuestra agenda, pero saliendo a veces de lo que son las posiciones más naïf sobre las cuestiones del ambiente lo que necesitamos es entender la sostenibilidad ambiental como un brazo central de la estrategia del proyecto de país.
Hoy discutir estas cuestiones es discutir cómo se produce, cómo se consume, discutir la producción y discutir cómo se distribuye porque aquí viene el otro gran debate, la reforma nos sigue interpelando a discutir la diferencia entre la igualdad y la equidad en función de gobierno, la equidad sin duda forma parte de las tácticas y estrategias con las que se debe trabajar pero yendo siempre en ese camino de la igualdad, la igualdad para nosotros está consagrado a nuestra constitución que dice que todos somos iguales sin embargo sabemos perfectamente que no lo somos y la obligación del reformismo en nuestro tiempo es achicar esa tremenda brecha que existe entre lo justo entre lo injusto entre los que tienen y los que no y sobre todo hoy nos interpela a la política achicar esa brecha enorme entre la agenda social y la agenda de la política, ese es nuestro trabajo como legisladores o como reformismo legislando.
Ahora quiero ir también al título de este encuentro que es pensandonos en función de gobierno, el gran proyecto que tenemos que dejar de tener es dejar de pensar nos como oposición a veces me preocupa cuando la oposición que integramos en conjunto se termina yendo en los canales de la discusión de la mera confrontación sin demostrar que somos capaces de generar y de inspirar y de convocar a ese proyecto de país progresista y humanista que la argentina necesita.
Dejemos de pensarnos como principal oposición pensemonos como gobierno y eso significa tener un buen diagnóstico una buena planificación los equipos necesarios.
Así como tenemos y heredamos el movimiento reformistas esos principios que nos comprometen con aquel pasado tenemos una deuda moral con el presente y con el futuro.
Así como tuvimos y seguimos teniendo y recogemos del movimiento la poesía y el romanticismo que inspira nuestra militancia de todos los días, seamos capaces de escribir el nuevo poema de nuestro tiempo muchas gracias.