Por día, el estado gasta 120 millones de pesos en subsidios al transporte. Veamos los resultados. Por año, mueren 7.500 personas en las rutas argentinas. Solo un tercio de los 230.000 km de esas rutas está pavimentada: el resto es ripio o tierra. Y en esas rutas argentinas viajan el 9 de cada 10 pasajeros que va de una ciudad a la otra y el 90% de los productos que se comercian en del país y con el mundo. Solo el 65% de la red ferroviaria, de 30.000 km, está activa. Hay baja inversión y falta de mantenimiento. Y solo el 1,5% de nuestros productos son transportados por ríos. En la Hidrovía Paraná-Paraguay son movilizadas 15 millones de toneladas por 2.000 barcazas, de las cuales solo el 5% son de bandera argentina.

1. Programa federal que impulse la mejora progresiva de la red de carreteras troncales pavimentadas y de interconectividad de carreteras provinciales, como optimización del aprovechamiento del sistema nacional. Priorización de la pavimentación de accesos a pueblos y localizaciones productivas.

2. En aquellas trazas que conectan las ciudades principales y/o aquellas que están vinculadas a la producción, en los casos que se justifique, previa evaluación, se analizará la construcción de autopistas.

3. Desarrollo de políticas en materia de transporte automotor de pasajeros y cargas a nivel nacional o interprovincial. Reorganización de aspectos institucionales, regulatorios y de oferta de servicios, con aplicación de tarifas, cuando correspondan, que permitan recompensar costos operativos. Se recurrirá a subsidios a la demanda cuando la situación así lo determine.

4. Mejorar y ampliar la red de ferrocarriles. Lo usaremos para transportar productos y para que las economías regionales bajen los costos y ganen competitividad. Mejora y ampliación de la infraestructura ferroviaria en vías troncales, incorporación de material tractivo y remolcado, perfeccionando los sistemas de gestión y control del servicio, atendiendo a los nuevos flujos de carga, generados a partir de la estructura productiva domestica y de exportación proyectada y en corredores interurbanos con demanda suficiente para el transporte de pasajeros.

5. Impulso a una utilización más amplia del transporte por agua, con sus necesidades de vías navegables con calado suficiente, que prevea además acceso a puertos, así como habilitación de nuevos puertos, alguno de aguas profundas que posibilite agilizar el comercio exterior creciente en granos y derivados y de contenedores en importación.

6. Desarrollo de las obras de accesos ferroviarios y viales a puertos y de aquellas que permitan la permanencia de la navegabilidad, particularmente la Hidrovía del Paraná-Paraguay, así como de los cursos de agua interiores, no solo por la gran diferencia de costos (transporte ferroviario y por camión), sino también por la gran reducción de daños ambientales.

7. Profundas modificaciones en la gestión pública del transporte para lograr una conducción integrada que abarque los modos ferroviario, carretero, fluvio-marítimo y aéreo. El medio ambiente será una prioridad, en la actualidad altamente contaminado por el gran consumo de combustibles, dada la elevada participación del automotor.

8. Creación de espacios para la participación social integrando a la industria vinculada al sector, los gobiernos locales, los centros de estudio, las instituciones interesadas en la prestación y uso del servicio de transporte.