A. Dotar al Instituto Nacional de Formación Docente de la infraestructura, los recursos humanos y las tecnologías educativas más avanzadas para que los institutos de formación de todo el país constituyan a los profesores de enseñanza secundaria en los promotores del cambio del paradigma de enseñanza-aprendizaje.
B. No hay revolución de la escuela secundaria sin una transformación del docente y sus métodos.
C. Nuestra política central es capacitar a los docentes existentes en servicio, para que la capacitación asegure cambios en la práctica.