Hay una deuda social importante con la mayoría de los jubilados quienes perciben haberes que no guardan relación con sus necesidades. El actual sistema es inequitativo, complejizado por una sucesión de reformas parciales, atrasado y poco transparente. Los regímenes vigentes no se adaptaron al mundo del trabajo, a los cambios en la sociedad y menos aún a la composición demográfica del universo. El 47% de los trabajadores son informales. Esto representa un fuerte escollo en la búsqueda de sustentabilidad del sistema tanto en lo que hace a la recaudación como que proyecta siempre un incremento de los beneficiarios a los que habrá de garantizarles un ingreso jubilatoria mínimos a través de moratorias especiales o sistemas no contributivos.
1. Queremos fortalecer el régimen público, solidario y obligatorio, coordinando acciones de carácter contributivo con asistenciales con miras a la cobertura universal. Nuestro objetivo es asegurar a todos los mayores de 65 años una jubilación digna, que tome al 82% como referencia.
2. El 82 % del salario de referencia será el criterio para conseguir la redistribución que requiere un régimen de prestaciones solidario; creciente para los beneficiarios de menores ingresos.
3. Repondremos la contribución patronal que se fueron eliminando en los últimos años. Será al nivel previsto en la reforma de 1993/94 del 16%, teniendo en cuenta el tipo y tamaño de empresa y no utilizar la rebaja de los aportes patronales como medidas de incentivo fiscal.
4. Eliminaremos la detracción en la coparticipación federal del 15% a las Provincias debido a que fueran superados los motivos que dieron origen a esta medida.
5. Propondremos un esquema de prestaciones de dos escalones: 1) una prestación ciudadana universal para todos los ciudadanos que alcancen la edad de jubilación con financiamiento del Tesoro; 2) una prestación que se otorgue con la lógica del sistema de reparto y con pagos proporcionales según la cantidad de aportes hechos. El desarrollo de componentes asistenciales integrados al sistema contributivo será indispensable para concretar la inclusión de quienes tienen muy poca o nula «entrada en la formalidad» y por lo tanto baja cantidad de servicios acumulados. El asalariado estable, el trabajador pobre, el precario, el intermitente, el asalariado a tiempo parcial y el desocupado, son particularidades del contemporáneo mercado laboral que incluso pueden ocurrirle a un individuo en el transcurso de su historia vivida.
6. El sistema se orientará hacia diseños de mayor adaptabilidad a las características del mercado de trabajo vigente –sumamente dinámico- ofreciendo alternativas para completar las exigencias del mismo. La apertura de alternativas garantizará el acceso a programas que tengan como meta completar los años de servicio que deben computarse para obtener el derecho a prestaciones plenas del régimen contributivo, sean desde el otorgamiento de facilidades de pago hasta subsidios para satisfacer períodos especiales.
7. Una adecuación de la cantidad de años que se consideran para determinar el salario de referencia a las características del mercado de trabajo considerando que los últimos 10 años no son, en número creciente debido a las transformaciones de las modalidades contemporáneas del trabajo, los de mejores ingresos. Se deberá considerar en forma progresiva la totalidad de la carrera porque de esta manera se captará la flexibilidad y transitoriedad de la actual situación de la ocupación.
8. Se revisarán las normas sobre movilidad, condicionándolas a la debida función de la prestación y al adecuado equilibrio y no a eventuales ingresos al sistema, con el objeto que mantengan el poder adquisitivo de las prestaciones y que permitan lograr la participación de los beneficiarios en el crecimiento de la economía.