Los ciudadanos no solo participan en elecciones para sus representantes. Una democracia necesita de su participación en los partidos políticos, en las organizaciones sociales y en el debate público. Participación y representación son mutuamente excluyentes sino complementarios: más participación permite mejor representación. La construcción de la democracia la realiza una ciudadanía activa, incluyente y participativa.
1. Construcción de nuevas institucionalidades que faciliten el diálogo social y político para garantizar el desarrollo efectivo de una democracia participativa.
2. Impulso a diversos mecanismos de democracia semidirecta como la consulta popular, los presupuestos participativos y los plebiscitos.
3. Ampliación del mecanismo de audiencias públicas previo a la implementación de proyectos, incluyendo en el control de los servicios públicos.
4. Participación de usuarios en el directorio de las empresas de servicios públicos.