El libro «Ella Miente» desnuda el laberinto de testaferros y establece en 2000 millones de dólares el monto de la apropiación. Esta semana ya se encuentra disponible al público el libro de Margarita Stolbizer y Silvina Martínez.
La suma a la que se refiere el subtítulo se ha calculado objetivamente sumando los embargos trabados en las causas Hotesur, Los Sauces, Obra Pública y Cuadernos, para lo cual los jueces habían considerado el perjuicio ocasionado al Estado y el beneficio obtenido por los imputados de los delitos que se investigan. «También hemos tratado de salir de las elucubraciones de fantasía que se hacen sobre el monto real o donde se encuentra el dinero, que no tienen sustento alguno. Por ejemplo, se ha dicho que ‘se robaron un PBI’, esta afirmación sin sustento da lugar a la contestación que Cristina Fernández hace en su libro Sinceramente. Nosotras preferimos mostrar las evidencias y elementos probatorios que existen en las causas y manejarnos con información irrefutable» explicaron las autoras.
Ella Miente es una demostración de los canales ilegales por donde se fugaba o se blanqueaba el dinero de la corrupción. Además, responde a algunas de las afirmaciones que la ex Presidenta hace en su presentación, sólo las referidas al patrimonio familiar y los vínculos con los empresarios contratistas del Estado. «Fernández de Kirchner afirma que: ‘Nunca llegamos pobres a ningún cargo’, y el problema es que salieron inmensamente más ricos, con fortunas que no se pueden justificar. En su primera declaración jurada, ella sostiene tener un patrimonio de $ 153.000 y al cabo de su gestión había alcanzado a $ 77.000.000.- No hay ninguna posibilidad de que un funcionario público tenga semejante incremento de fortuna. No les cierra el blanco. Aunque siempre hemos aclarado que incluir o declarar bienes no es lo mismo que reconocerlos como legales, sobre todo porque el requisito legal no demanda denunciar el origen del ingreso», ampliaron Stolbizer y Martínez.
La investigación llevada adelante desde hace años por las autoras fue innovadora. No se quedaron en la crítica sobre la evolución patrimonial o el capital acumulado, sino que ahondaron en las sociedades pertenecientes a la familia. Allí detectaron de qué manera se utilizaban para encubrir operaciones que relacionaban a los Kirchner con los empresarios que recibían contrataciones millonarias del Estado. «La causa judicial de los cuadernos ha sido un gran avance para entender, con las palabras de los mismos involucrados, cómo funcionaba esa red de corrupción entre los privados y los funcionarios, y sobre todos quiénes pagaban y a quiénes y adónde terminaban los bolsos con la plata en efectivo. Eso permite también entender la cantidad de operaciones realizadas con dinero en efectivo para adquirir bienes lavando dinero de origen ilegítimo», sostuvieron.
El nuevo libro aporta elementos probatorios para determinar dónde podría estar el dinero proveniente de los delitos de corrupción y que no fue ingresado al patrimonio luego del lavado. Las autoras describen una red o laberinto de testaferros que habrían sido los responsables de inscribir propiedades y sociedades con sus propios nombres para ocultar la identidad de los verdaderos titulares. «Es muy importante el papel de la Justicia. Pero eso no elude la responsabilidad de los políticos para que hechos como los que describimos no se repitan. Y especialmente Argentina debe como Nación y como sociedad mejorar sus instituciones y reconstruir una moral pública que no tolere estos delitos que conllevan, siempre, la privación a los más pobres de sus derechos y bienes para vivir con dignidad», concluyeron.