El Fideicomiso, destinado a proyectos de obras para resolver el problema de las inundaciones, está en un depósito a plazo fijo indisponible por una suma superior a los $3.000 millones.
Buenos Aires, Septiembre de 2017
AL SEÑOR PRESIDENTE
DE LA NACION ARGENTINA
Ingeniero Mauricio Macri
Con el respeto que las circunstancias y vuestra investidura implican, me dirijo a Usted a fin de alertarlo sobre la crítica situación que hoy afecta a miles de bonaerenses afectados por inundaciones desatadas en los últimos días y que agravan también las que ya vienen afectando nuestras tierras desde hace mucho más tiempo. Al mismo, deseo conmover su atención para la toma de decisiones que requieren de urgencia para la asignación de recursos financieros específicos a fin de afrontar y paliar las consecuencias de los daños que se están registrando.
La situación es desesperante en toda la Cuenca del Río Salado, desde la desembocadura de la Bahía de Samborombon hasta La Pampa y el sur de Córdoba. Según un Informe realizado por CARBAP, en la Provincia de Buenos Aires, tenemos el 14% del total de la superficie inundada o anegada. En algunos partidos, más del 40% de su superficie está parcialmente anegada o inundada (Ayacucho, Bolívar, Dolores, Gral.Alvear, Gral.Guido, Tordillo, Tapalqué, Rauch, Pila, Maipú, Las Flores, entre otros).
Sé que la falta de inversión en infraestructura hídrica ha sido la constante de muchos años de desinterés y desidia y no puede resolverse de la noche a la mañana. Frente a las necesidades que tiene la Provincia de Buenos Aires, difícilmente pueda disponer de la cantidad de fondos suficientes como para que dentro de un plazo de cuatro años se pueda resolver el déficit en lo que hace a esas obras específicas. Pero quiero llamar su atención sobre las urgencias que sí podrían atenderse con un principio de ejecución que pusiera en claro las prioridades orientadas a la infraestructura social y productiva, para mejorar el acceso en derechos, capacidades y generación de empleo, además de los recursos que naturalmente provienen de un buen aprovechamiento de nuestra mayor riqueza: la tierra y lo que ella está en posibilidad de producir.
En esta semana, el Ministro de Hacienda va a presentar al Congreso, el Presupuesto de la Administración Pública Nacional para el año 2018. No conocemos aún cuál es el plan de obras previsto aunque es absolutamente imprescindible que se incluya un ambicioso plan que atienda esta cuestión.
Los recursos disponibles en el Fondo de Infraestructura Hídrica son insuficientes. Es cierto, las obras hídricas tardan mucho y son poco visibles. Pero siempre son las que marcan una gestión. El entubamiento del Maldonado fue la obra que tal vez más se le reconozca de su paso como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Si encara un plan de infraestructura hídrica en la Provincia de Buenos Aires, La Pampa, Santa Fe y Córdoba, que logre mitigar el impacto de las lluvias, probablemente con el transcurrir de los años, sean el conjunto de obras más recordadas de su gestión. Mucho más que si logra terminar con las cuestionadas obras del Soterramiento del Sarmiento o las represas Kirchner-Cepernic de Santa Cruz.
De manera particular, necesito traer a su consideración el estado actual de inversiones del referido Fideicomiso de Infraestructura Hídrica creado por Decreto 1391/2001 y destinado a financiar “proyectos de infraestructura de obras hídricas de recuperación de tierras productivas, mitigación de inundaciones en zonas rurales y avenamiento y protección de infraestructura vial y ferroviaria en zonas rurales y periurbanas, comenzando por aquellas regiones que se encuentran en emergencia hídrica”. El Fideicomiso se financia con una tasa sobre las naftas y el gas natural.
En función de ese preciso objetivo de la norma, me ha resultado llamativo y preocupante advertir que el referido Fideicomiso mantiene un depósito a plazo fijo indisponible por una suma superior a los $ 3.000 millones entre pesos y dólares. Consultada al respecto la Jefatura de Gabinete de Ministros la respuesta ha sido insatisfactoria, aún antes del agravamiento de la situación que hoy sufre la Provincia de Buenos Aires como consecuencia de los últimos impactos del clima y las lluvias sobre nuestros campos que insisto, según estimaciones del sector, superan las 3 millones de hectáreas. La atención de estas dificultades requiere de soluciones o paliativos de urgencia y ello no tolera la indisposición especulativa de fondos que se deberían estar aplicando a la recuperación de infraestructura y capacidad productiva de las tierras inundadas.
Las inundaciones que se producen en la zona de los partidos de Bolívar, Veinticinco de Mayo, Tapalqué y General Alvear son debido a lluvias, algunas de gran intensidad y períodos de tiempo relativamente cortos o lluvias de intensidad media con períodos de larga duración. Hablo de la cuenca del Arroyo Vallimanca y considero de importancia las obras que se están realizando en la cuenta del Río Salado del cual el otro es afluente, pero entiendo que es necesario completara con obras de mitigación de la totalidad de la cuenca.
Por otra parte, sabemos que los efectores climáticos no se pueden evitar, pero sí es factible prevenirlos para mitigar los daños que producen e incluso planificar mecanismos de evacuación oportuna de las poblaciones. Para ello, es necesario crear una red hidrométrica que permita construir un Banco Hidrólogico de Datos, así como sistemas de predicción, relacionado con la totalidad de las variables que podrían permitir crear un sistema de alerta temprana, algo tan necesario como factible en términos de costos. ¿Por qué no destinar a ello parte de los recursos paralizados en un plazo fijo injustificado?
En ese sentido, la infraestructura vial se encuentra colapsada por los mismos factores que han inundado la Provincia, dejando zonas aisladas que también han provocado el abandono de poblaciones que se convirtieron en involuntarios migrantes. Las pérdidas en granos, animales, recursos y capacidad productiva son enormes. Se necesita atención y asignación de recursos para afrontar y disminuir los daños.
De igual manera, también corresponde considerar la grave situación que atraviesan distritos del Conurbano, o la ciudad de La Plata, que han sufrido recurrentemente el problema de inundaciones y la falta de obras de infraestructura necesaria durante décadas. Ello afecta de manera particular a los sectores sociales más frágiles hacia quienes debería destinarse una atención prioritaria por su condición de vulnerabilidad e indefensión. El ataque a la situación de pobreza de millones de compatriotas también debe contemplar la modificación estructural de sus condiciones de vida, mediante las obras de infraestructura social básica en sus viviendas.
MARGARITA STOLBIZER
Diputada de la Nación
Carta-Presidente-Macri (pdf)