22/06/2016.
Margarita Stolbizer, diputada del GEN, pidió informes al Ministerio de Relaciones Exteriores acerca de la Convención sobre Prohibición del Desarrollo, Producción y Almacenamiento de armas biológicas y su destrucción.
“La plena implementación de esta Convención en el plano nacional es imprescindible para el estricto cumplimiento de los objetivos propuestos y para la seguridad nacional y la protección de los ciudadanos, por lo que considero fundamental obtener información respecto a las acciones que el Poder Ejecutivo está llevando a cabo para avanzar en ese sentido”, fundamentó Stolbizer.
El proyecto apunta específicamente a dilucidar si la Convención se implementa de manera completa, aplicando medidas de bioseguridad, control de importaciones y exportaciones; también si se están tomando medidas eficaces para prohibir el desarrollo, la producción, almacenamiento y destrucción de armas químicas. Este pedido de informes también busca indagar sobre las acciones que el Poder Ejecutivo está tomando para avanzar en la plena implementación de la misma, y si se considera que el Poder Legislativo debe implementar nuevas normas para garantizar el cumplimiento de los compromisos derivados de la ratificación de la mencionada Convención.
La Convención sobre Armas Biológicas, entró en vigencia el 26 de marzo de 1975 y se convirtió en el primer tratado multilateral que prohíbe el desarrollo, la producción y el almacenamiento de armas bacteriológicas, incluso el empleo de armas biológicas. A la fecha, la Convención cuenta con 172 Estados Parte –Argentina la ratificó el 5 de Diciembre de 1979- pero de acuerdo a la Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas existe una clara ausencia de los regímenes formales de verificación para controlar su cumplimiento.
“Las armas biológicas, junto con las armas químicas y las nucleares, son una tríada de destrucción masiva, con una capacidad letal, no solo por la posibilidad que tienen de provocar muerte de poblaciones; sino que también en términos de impacto sobre infraestructura, sistema de salud y su impacto en el medio ambiente”, finalizó Stolbizer.