En exclusiva para Noticias Argentinas, la líder del partido GEN analizó el momento que transita la vicepresidenta, Juntos por el Cambio y el Gobierno.
Por Gonzalo Delmonte – Fuente Noticias Argentinas
«Yo ya gane» fue la frase con la que la actual diputada de Juntos por el Cambio Margarita Stolbizer encaró las elecciones presidenciales de 2015, luego de haber sorteado las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), y que todavía está fresca en el tintero de los ciudadanos. Como también su alianza con el actual ministro de Economía, Sergio Massa. La líder del partido GEN recibió a Noticias Argentinas en su oficina frente al Congreso de la Nación para hablar sobre del momento: la situación judicial de Cristina Kirchner, la oposición y el Gobierno de Alberto Fernández.
Stolbizer fue diputada en cuatro períodos (transita el quinto) y también candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires. En 2017 se alineó con Massa para las elecciones de medio término, pero se alejó del Frente Renovador (FR) antes de que el expresidente de la Cámara de Diputados tejiera su alianza con el kirchnerismo para elecciones presidenciales de 2019. Sobre esa experiencia dijo: «No me puedo arrepentir de algo que hice en un contexto en el que las condiciones estaban dadas para que ése acuerdo existiera».
Sobre la foto que posteó en su cuenta de Twitter, se sabe que la respuesta formal es que el GEN no es un partido fundador de Juntos por el Cambio. ¿Recibió alguna explicación más de por qué no fue invitado su espacio?
La respuesta formal es razonable, pero lo que no es políticamente correcto es que ni siquiera me inviten. En la reunión había muchos que no eran socios fundadores, que no tienen partido político. El partido GEN es un partido Nacional y formamos parte del interbloque de Juntos por el Cambio. Entonces, no está bien que no, aunque sea, invitarnos sin ser parte formal la Mesa.
¿Algún dirigente de comunicó con usted?
No, yo converso con los que estaba ahí porque estamos juntos en el bloque. Con (Mario) Negri, (Cristian) Ritondo, (María Eugenia) Vidal, Juan López, entre otros. Interactúo permanentemente con ellos y no tengo ningún problema. Yo tampoco mezclo las cosas. Esto depende mucho de los presidentes de los partidos, que son con los que no hablé (Patricia Bullrich, presidenta del PRO, y Gerardo Morales, presidente de la UCR). Sí hablé con Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica) y dijo que lo iban a ‘tratar’ o ‘considerar’. Tampoco hay que sobredimensionar el tema porque carece de importancia que yo esté o no en una fotografía, pero a mí me pareció que tenía que marcarlo por dos cosas: dejar planteado que no debe pasar de inadvertido que no nos invitaron y porque hice una observación sobre el contenido del documento de la reunión. Solo focalizaron en las cuestiones relacionadas con la corrupción y el juicio a Cristina (Kirchner), pero no se dijo una palabra del ajuste en educación y salud. Y nuestra presencia en esta coalición es para aportar una mirada progresista, que creemos que ya aporta. Si hubieras estado, habríamos sugerido esos temas en el comunicado.
¿Y qué efecto produce en el GEN que el resto de JxC se centre en temas que rondan a la polarización, pero no a los temas que afectan a «la sociedad»?
Frente a esto hay dos situaciones. La primera es en términos electorales, que no me gusta. Tenemos una sociedad y un contexto de extrema polarización, que sostiene y valora esas expresiones. Entonces, me da la impresión que, en nuestra coalición, se aprovecha un poco esa situación -demasiado para mí gusto- y se sostiene una polarización en extremo porque eso reditúa en términos electorales. Lo segundo es en términos políticos. A mí me parece que esto es un carencia de la coalición porque JxC, que aspira a gobernar, tiene que subir un poquito el nivel del debate político y no ser simplemente un espacio que confronta, sino uno que se prepara para gobernar y solucionar los problemas.
¿Cómo observa el desarrollo de la interna dentro del espacio?
No es una cuestión que me preocupe porque hoy la interna está planteada entre varios candidatos. Que una coalición tenga varios líderes en condiciones de ser candidato a presidente lo siento como una fortaleza. Además, eso tiene una forma fácil de resolución que es son las PASO. La otra cuestión que a mí me gustaría que fuera distinta es una discusión política de fondo para que, en lugar de tener varios candidatos que trabajan cada uno por la suya, pudiéramos tener equipos con miradas comunes más allá de quién termine liderando.
¿Pero para usted es lo mismo un candidato del PRO o de la UCR?
A nosotros nos alienta mucho más la idea un candidato del radicalismo que representan un modelo más progresista y humanista, cercano a lo que nosotros creemos. Respeto mucho a (Patricia) Bullrich y (Horacio Rodríguez) Larreta, pero tenemos una mirada un poco distinta.
Existe la posibilidad que el oficialismo avance con la eliminación de las PASO y eso generaría un clima complejo dentro de JxC
La pregunta me genera incomodidad y contradicción porque siempre estuve en contra de las primarias. No debería complicar a una coalición que puede usar igual la herramienta de la elección interna, sin hacer de esto una herramienta -como es la PASO- obligatoria. A mí no me parece que un ciudadano tenga que estar obligado de ir a participar de una elección interna. Debería ser voluntario.
Mauricio Macri viene levantando el perfil. ¿Qué opinión tiene sobre sus aspiraciones políticas para el 2023?
Yo no las comparto, pero el PRO decidirá quiénes son sus candidatos. La Argentina debe aspirar a proyectarse hacia delante porque no es bueno ninguna mirada hacia atrás. En esto pongo Macri y a Cristina (Kirchner). No va a salir nunca la Argentina si permanentemente estamos mirando hacia atrás. Lo de atrás que vaya a los libros de historia.
Larreta pretende un acuerdo del 70% y Bullrich dice que no hay que acordar. Utilicemos esta disputa del PRO para llevarla a Juntos por el Cambio. ¿Se puede encarar un proyecto de país sin el peronismo incluido?
No. Comparto bastante lo que dice (Horacio Rodríguez) Larreta. ¿Cuál es el sentido que le damos a las coaliciones? En Argentina se arman para ganar elecciones y fracasan en el Gobierno. Lo que hay que cambiar es ése concepto. Es mucho más importante conformar una coalición que pueda llevar adelante un Gobierno, que no necesariamente sea una coalición electoral. Cuando Larreta dice que se necesita el 70% está diciendo «la verdad es que también hay que pensar en gobernar, no solo en ganar la elección». Y para eso hay que llevar adelante un proyecto que pueda discutir en el Congreso y conseguir ahí mayorías importantes. Se perdieron oportunidades de cómo armar coaliciones para gobernar.
¿Por qué ni Macri y Alberto Fernández lo hicieron? ¿Cuál es la razón?
Hay algunos problemas en el ejercicio del poder. El poder es muy mezquino y en el momento que creo que tengo todo, tengo muy poca vocación de compartirlo. Lo otro es la soberbia de los ganadores. Algo que pasó durante el Gobierno de Macri es que ganó la elección legislativa de 2017 y ahí cortaron diálogo con todo el mundo. Creyeron que se podían llevar al mundo por delante. Mientras que Fernández se replegó en el kirchnerismo y decir ‘mi sostén sigue siendo Cristina (Kirchner)’, en lugar de sostener un acuerdo con los que me apoyaron.
¿Qué balance hace de la gestión del presidente Fernández hasta la llegada de Sergio Massa al ministerio de Economía?
Hubo como 12 Fernández. Califiqué como positivo, sin haberlo votado, el inicio de su gestión fue había generado una expectativa distinta. En el inicio de la pandemia, con toda la dureza y crudeza que tenía, mostró a un Presidente con un nivel de autoridad y fuerza que lo grafico de esta manera: cuando Fernández iba a hablar -de marzo a mayo de 2020- la gente prendía la televisión para escuchar su cadena Nacional y nos iba a dar malas noticias, pero uno estaba ahí atento. Mostró, además, una apertura cuando se reunía con Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof, pero también cuando salía rodeado de los médicos. Y después hubo otro Fernández en términos de gestión. Dejó de reunirse con la oposición, dejó de salir con los médicos y después pasó algo en el las elecciones del año pasado: apareció Cristina Kirchner con su primera carta. Ahí empezó un debilitamiento de la autoridad presidencial. No pudo explicarme porqué las cosas que le dice al Presidente en las cartas no se las dijo en la oficina. Eso le hizo mucho daño a Fernández. Por lo que hasta la llegada de Massa ya venido muy cascoteado por la propia vicepresidenta.
¿Y la llegada de Massa cómo le deja?
Es el toque de gracia. Un Presidente muy debilitado, frente a la asunción del ministro, termina de debilitarse totalmente. Aparece dibujo y sin ninguna relevancia.
Con mayor perspectiva. ¿Qué análisis hace de su alianza con Massa?
Cuando yo hice la alianza con Massa, él subía conmigo al escenario y más fuerte que yo «voy a meter presos a los corruptos». Massa tenía, además de eso como valor, una agenda social muy buena y trabajaba con el tema de las pymes, jubilados y trabajadores. Su agenda política era buena. Venía de enfrentar al kirchnerismo en el 2013, cuando saca el 40% en la provincia de Buenos Aires solo y los vuelve a enfrentar en 2015. Mientras que en el 2017 me buscó a mí para hacer un acuerdo. Entonces, no tenía porqué no creer que en las cosas él estaba diciendo. Yo no conocía a Massa hasta ése momento y no tuve relación después, cuando en 2019 va hacia el kirchnerismo. No puedo decir mucho más. No me puedo arrepentir de algo que hice en un contexto en el que las condiciones estaban dadas para que ése acuerdo existiera.
¿Cuándo fue su última comunicación?
Estuve tres años sin hablarme. Retomé el diálogo por mi labor legislativo en diciembre del año pasado, pero institucional. Cuando asumió días atrás -obvio- que le mandé un mensaje para desearle una buena gestión.
¿Qué conclusiones sacó de la exposición de la Cristina Kirchner del martes pasado?
La verdad que la vi sacada, desmesurada. Su presentación no tiene lógica por donde se la mire. Lo que había pasado el día anterior fue que un fiscal cumplió con el rol que la ley asigna que es acusar en un juicio. Solo se trató de una etapa de un proceso judicial. No entiendo cómo se sobredimensionó tanto, por supuesto que fue contundente lo de Diego Luciani, pero los fiscales hacen eso. En todos lo juicios. En cualquier delito el papel del fiscal es buscar los elemento, acusar y pedir condena. Ahora vamos a tener a los defensores que cumplen con su papel, que es defender y tratar de mostrar la inocencia y pedir la absolución. Eso es cumplir un proceso judicial. Cristina Kirchner debió pasar eso con una naturalidad casi inadvertida, ni debió haberle hecho caso.
¿Por qué razón lo hizo?
A mí, a veces, me tienta decir que están tratando de distraer la atención de los problemas reales de la Argentina, pero no. La vengo viendo a ella (Cristina Kirchner) con una obsesión muy patológica, muy compleja. Hace tres semanas atrás hizo un video para criticar a la Corte Suprema, mientras el país incendiándose. La veo casi enferma frente a esa situación que no la pone en buen lugar. Ella se puso en un rol de fiscal de otras personas, de otros hechos, que nada tenían que ver con su causa. Su discurso genera más intolerancia y más violencia en la calle. Si bien no soy de hacer presagios apocalípticos, pero sí genera un impacto electoral. Camino hacia el 2023 podríamos tener una polarización electoral muy grande donde ella podría ser una nueva protagonista. Entonces, tampoco está despojado de alguna especulación política
Se cuestiona la figura de la asociación ilícita. ¿Hay lugar para ése tipo de cuestionamiento?
No, estoy convencida de la asociación ilícita. En términos jurídicos, exige como requisito es que haya tres o más personas; que exista una estructura con roles de esas personas y que la intención de ésos integrantes sea cometer delitos. Muchos dicen que es difícil de probar como delito autónomo porque exige la intención, que es un elemento subjetivo y frágil, que muchos dicen «¿cómo haces para probar la intención?». En otros caso puede ser más difícil, pero en éste no porque efectivamente el enriquecimiento estuvo. En la misma proporción en que Lázaro Báez cobraba sumas millonarias por las adjudicaciones que ella le daba, las cuentas de ella y su familia crecían por el retorno en transferencias por empresas. Por lo que el circuito cierra de manera perfecta.
¿Qué opina de las declaraciones de Alberto Fernández sobre Diego Luciani?
Lamentable. No me puedo explicar cómo su equipo lo llevó al Presidente a someterse a eso. Él mismo se mete y se embarra solo. El hombre habla solo y mete la pata. Primero, es lamentable una posición que viene sosteniendo que es calificar a los juicios contra Cristina Kirchner como persecución judicial. Esto no solo que no es así, sino que lo pone a él en la violación de la Constitución porque un Presidente no puede meterse en causas judiciales en trámite. Lo segundo, que generó mucho ruido, que fue la expresión sobre Alberto Nisman. Argentina tiene un fiscal muerto por haber denunciado a la expresidenta.Escrito por Gonzalo Delmonte
NA – Buenos Aires, Argentina