STOLBIZER FRENTE A LA ASIGNACIÓN UNIVERSAL POR HIJO. «ES INCREIBLE QUE EL GOBIERNO QUIERA SACAR PECHO CON UNA ASIGNACION CONDICIONADA E INSUFICIENTE, QUE NO ES UNIVERSAL NI ATIENDE DE MANERA EFICAZ EL PROBLEMA DE LA POBREZA.»
15/07/2015.
Para la diputada Nacional y candidata a Presidenta de Progresistas, Margarita Stolbizer: «No se pueden usar las políticas sociales para compensar los desfasajes de la política económica. Los grupos más desfavorecidos sufren el olvido del estado y la inflación. Y eso no se resuelve con los programas sociales. Es importante hoy cambiar la discrecionalidad y el ajuste anual por un ajuste automático, periódico y fijado por ley. Pero no se puede hacer con la hipocresía de desconocer la existencia alarmante de los índices de pobreza, ni cuanto impacta en ellos la alta inflación (también negada), o la tardía atención de un conflicto que hoy resulta alarmante.»
«La política social es una herramienta clave para la promoción de la igualdad y de una sociedad más justa. El Estado debe garantizar el acceso igualitario a los derechos sociales integrando componentes contributivos y no contributivos en el sistema de protección social y expandiendo los sistemas públicos de educación, salud, servicios sociales sobre bases universales.»
«Si bien entendemos que las transferencias monetarias masivas son uno de los mecanismos de política social para garantizar derechos, para los PROGRESISTAS el gran instrumento igualador son los servicios de acceso universal. La Igualdad exige el desarrollo de sistemas que traten a todos los ciudadanos por igual. Y por eso también creemos que la gran deuda de este gobierno es la falta de debate para dar progresividad al sistema tributario, como si no importara quién banca los recursos públicos. Quienes se vanaglorian de la inclusión social le sacan a los pobres para darle a los ricos que están exceptuados de muchos impuestos y no son quienes tienen la mayor carga tributaria. El modelo para tener una política social universal debe empezar por una política social más justa y efectiva para mejorar la distribución de las cargas y los ingresos.»
Para Stolbizer: «Se debería implementar un Ingreso Ciudadano, reconociendo el derecho universal a un ingreso incondicional a todas las personas menores de 18 años. El beneficio de esta ley no es universal y su condicionamiento a contraprestación lo vuelve injusto frente a la asignación que reciben los empleadores formales que no tienen descuento», afirmó Stolbizer frente al mantenimiento de un descuento del 20% que se practica en la asignación, haciéndola depender del cumplimiento de escolaridad y vacunas como obligaciones a los padres, «pero cuyo incumplimiento castiga a los menores». «Ese mecanismo sancionatorio está ligado a una concepción paternalista y de peligroso control social que se ejerce sobre los sectores más postergados. La consecuencia es un tratamiento desigual y discriminatorio.»
«Pese a las transferencias dinerarias que se vienen haciendo desde el 2010, la cantidad de pobres ha aumentado, según registra el último informe del Observatorio de Deuda Social de la Iglesia. O sea, la instrumentación de la AUH no ha logrado resolver el problema central de la Argentina. Hoy, después de tantos años de vanagloriarse del modelo, tenemos casi 12 millones de pobres y 2 millones de indigentes. Lejos de la comparación absurda con la pobreza en Alemania, lo que más impacta es la persistente negación sobre la cruda realidad que atraviesan tantos hogares desconocidos hoy por el gobierno que debería atenderlos.
«El sistema no es universal. Para este gobierno algunos niños, niñas y adolescentes no tienen derecho a ningún beneficio. Porque el sistema pone en práctica una asignación indirecta al trabajador y no al niño que debería ser el sujeto a tutelar en sus derechos fundamentales.»
«Si bien es preciso reconocer el avance que ha significado la AUH en materia social -ya que la misma representa una ayuda importante para los hogares pobres sin la cual caerían en una situación de vulnerabilidad aún más intensa- también es necesario advertir sus límites y alcances en términos de superación de la pobreza y la marginalidad social. La falta de abordaje integral en la política social, corre el riesgo de reproducir la pobreza, lejos de combatirla. Si bien significa una política superadora respecto de programas sociales anteriores, aún se advierte el predominio de un enfoque de gestión del riesgo que en lugar de erradicar la pobreza, pretende administrarla. Es moralmente cuestionable el supuesto que se esconde tras las condicionalidades: la gente pobre tiene que dar algo a cambio por lo que recibe (idea de «pobres merecedores») cuya contrapartida es el control social que necesariamente deberá ejercer el Estado para corroborar que los pobres se merecen ese beneficio que están recibiendo a fin de legitimar su política de cada a los sectores medios y altos. La AUH no está protegiendo a la niñez sino que está otorgando un beneficio a los informales y desocupados y reconociendo su impotencia en combatir los altísimos niveles de empleo no registrado y el aún elevado nivel de desocupación y subocupación.»
«La pobreza, la exclusión y la inequidad constituyen fenómenos complejos que requieren política integrales y de larga duración. El fenómeno excede la mera carencia de recursos monetarios o su distribución desigual, constituyéndose en un proceso de causas múltiples que degrada las capacidades con las que los hogares y las personas puedan imaginar, a construir y disfrutar un proyecto de vida integrados de manera plena a la vida productiva, social y cultural. Por eso la respuesta frente a la pobreza también debe ser integral, resolviendo los déficits de infraestructura básica que hoy muestran los más bajos niveles de desarrollo; y atendiendo el deterioro de la calidad de la educación pública con sus pobres resultados, los que llevan casi inexorablemente al fracaso y la exclusión en la búsqueda del empleo formal. La asignación debe ser complementada con otras políticas públicas para mejorar y fortalecer un sistema integral de protección social.»
«La política social asistencial y focalizada que caracteriza este modelo, como el de los 90, consolida un modelo verticalista, paternal y autoritario. Hay que resolver la conceptualización del modelo, atender la inflación, la calidad educativa y la pobreza a través de mecanismos que efectivamente contribuyan a su reducción.»