Por Ramiro Gamboa. SE – sendero elegante. Lo lineal es grosero.
La dictadura siempre prohíbe la palabra, sólo sabe dictar. La democracia tiene en su corazón una esencia comunicativa. La violencia diseña un espacio de mudez absoluta. Eso impuso la última dictadura militar durante los años setenta, años llenos de contradicciones y de dilemas. Durante esos días, Margarita tenía una esperanza de vida muy tenaz. Era una romántica: militaba en la clandestinidad y si bien era muy chica —tenía veinte años— las reuniones del radicalismo se hacían en su casa (la de sus padres), un hogar grande ubicado en Castelar. Margarita tiene una imagen empalagosa e insistente de su barrio. Luego de cursar una de sus clases de Derecho en la Universidad de Morón se juntaba con sus compañeros a debatir sobre el futuro, una vez que el fin del día poblaba de sombras las calles de Castelar.
Margarita estaba dispuesta a dar la vida por una idea, sabía que existía algo mejor, creía en un horizonte trascendental que hacía que la realidad inmediata que vivía fuera poquita cosa. Creía más allá de lo meramente posible.
—¿Con qué sociedad soñás hoy?
—Con una sociedad igualitaria. Admiro mucho a los países que tienen realmente esa conformación igualitaria que implica no solamente que no haya gente en situaciones de marginalidad y pobreza extrema, sino que tampoco haya riqueza extrema. Tenemos que achicar la brecha de desigualdad entre gente que tiene mucho y otros que no tienen nada.
No hay nada más excitante, más cómodo e incómodo que tener una causa: un paquete que justifica y que diseña un horizonte para el futuro. Quien fue candidata a Presidenta en el año 2015 sigue creyendo en un horizonte de igualdad. Desea que todas las personas tengan la oportunidad de ser felices, de alcanzar sus posibilidades de triunfo.
La claridad del horizonte es lo que hace más llevadera la pelea. Un episodio que seguramente retrasó el paso fue la implosión de la alianza UNEN en el 2014.
—Fue una gran frustración en ese momento para quienes pensábamos que esa era la opción. Y creo que de haber continuado UNEN, muchos tendríamos hoy un gobierno mucho más parecido a una experiencia socialdemócrata.
—¿UNEN podría haber ganado las elecciones?
—Sí. Porque se venían dando las condiciones para que una fuerza política alternativa no peronista ganara. Fue Macri el que terminó triunfando, sobre todo, cuando el radicalismo decidió que en lugar de tener un candidato que expresara ideas de centroizquierda, optaron por concederle esa representación al Pro. Macri casi no tenía esa legitimidad para estar en ese lugar porque, ni siquiera se había presentado en la elección del 2013. En la provincia no tuvo candidato. Macri acompañó a Massa en ese momento. Entonces lo lógico era que el radicalismo hubiera conformado y liderado ese espacio progresista. En cambio, acabaron concediéndole el triunfo a Macri y al Pro.
El sol de Buenos Aires caía como una bestia gigantesca. Los cuadros y objetos de la oficina delatan la admiración de Margarita por Frida Kahlo. También observo una estatuilla pequeña de Gandhi, un premio que le regaló el Club Atlético Boca Juniors y un dibujo de dos niños con gorro coya. Además, la sala está llena de mandalas. ¿Margarita pinta? Me mira, se ríe, me dice:
—Pinto hace mucho. Me gustan los mandalas. Este dibujo lo hice yo, por ejemplo. Me gusta mucho dibujar con lápiz y pintar también. Pero antes tenía muy poco tiempo para dedicarme. En cambio, ahora elijo mucho más las cosas que hago y entonces empecé a hacer talleres de pintura. Este año hice específicamente algunos talleres; antes compraba los mandalas y los pintaba. Ahora no, ahora los diseño yo, y aprendí a diseñarlos con compás y regla, y eso te da los marcos para que todo salga medio perfecto. Aunque ya estoy más canchera y los hago sin compás y sin nada.
Nunca vendió cuadros, pero no lo descarta. Pinta mandalas y casitas durante reuniones políticas. Si bien los políticos no pueden decir abiertamente todo lo que piensan, Margarita rehuye el doble discurso:
—Quien decide dedicarse a la política como yo lo he hecho con mi vida tiene que tener una disposición a que su vida sea pública, transparente, accesible para todo el mundo. No me preocupa tanto que conozcan lo que hago. Recién estaba en la reunión nacional del GEN, y yo dibujaba mandalas permanentemente. Todos hablaban en la reunión y yo hacía mandalas. Una de las chicas empieza a sacar fotos y me saca a mí dibujando, y ella la publica en su Instagram. Y mi marido me manda un mensaje y me dice: “¡No podés estar en la reunión dibujando mandalas!”. La verdad es que, posiblemente, no esté bien que me muestren dibujando, pero digo lo que estoy haciendo, y eso es lo que a mí me parece. Las redes y el mundo digital, en última instancia, sirven para achicar brechas, para mostrarnos como parte de un mundo. Es mejor que estemos visibles a que estemos ocultos.
En medio del silencio extraordinario de la oficina, ingresa Nazaria con café y agua. No es su secretaria; Margarita no tiene secretaria, Nazaria trabaja en las oficinas del partido GEN ubicadas en Perón y Paraná. El atardecer invadía la sala como un agua gris, y la luz se reflejaba débilmente en los vidrios. Café, agua y la charla continúa. Margarita encarna una rareza: no es peronista, pero tampoco anti.
—En el peronismo, ¿hay lugar para el progresismo?
—En el peronismo, no; siempre dije que no he sido ni voy a ser peronista. En la última elección (2017), hice un acuerdo con Massa, con un sector muy importante del peronismo, del que no me arrepiento. Al contrario, creo que fue una decisión correcta y esto no tiene que ver con los resultados. Si fuera por los resultados, tendría que decir que no lo debería haber hecho. Pero no, porque nosotros juntamos una agenda muy buena que ellos tenían. Massa tiene un equipo económico y social muy bueno: Daniel Arroyo, Vasco de Mendiguren y Marco Lavagna son algunos ejemplos. La verdad es que tiene gente muy buena, y nosotros trabajamos muy bien el año pasado con ellos para armar un programa de gobierno, económico, social y con gestión transparente que era mi aporte. No reniego de ese acuerdo. Lo que no sirve como opción es pensar en una opción peronista por el solo hecho de ser peronista. Las coaliciones electorales deben construirse con una base programática que es la definición de un contenido y de un proyecto de país.
—¿Puede haber una coalición entre el peronismo y el GEN yendo en una interna?
—Hoy es muy difícil decir qué va a pasar porque además no sé cómo ellos van a estructurarse. Si ellos terminan armando una interna peronista, nosotros no tenemos cabida dentro. Ahora, una coalición política donde podemos estar mezclados y demás no habría que descartarla. Nosotros hoy estamos trabajando para fortalecer ese espacio progresista que integramos con el socialismo y parte del radicalismo. Después veremos el año que viene cómo todo esto se resuelve electoralmente.
Margarita ama sus ideas con pasión, con la sangre, y sus ideas le quitan el sueño. Cuando habla percibo la seguridad de quien tiene algo para decir y, sobre todo, de quien puede decir algo valioso sobre diferentes temas.
—¿Alguien recuerda el preámbulo? ¿Alguien está pensando en el bienestar general?
—Ay, ojalá. El bienestar general, la confianza en la justicia. Si algo tiene de maravilloso nuestra Constitución es ese preámbulo.
—¿Alguna vez te concebiste como revolucionaria?
—En algunas cosas, lo soy. Si se quiere, tal vez, la palabra no sea revolucionaria, aunque sí disruptiva en algunas cosas. Salgo, a veces, de lo que son los patrones comunes de la actividad política, no sé si eso es revolucionario o no.
Margarita está convencida de que hay una revolución del amor. Entiende que la idea del preámbulo de nuestra Constitución es una idea revolucionaria que está asociada al amor.
—Un proyecto colectivo se construye con amor al prójimo, a la patria. No existe de otra manera. Lo que tuvo de bueno el setentismo era la idea revolucionaria en el amor y en la paz, aunque muchos traten de descalificar el setentismo.
Margarita lee de todo. Leyó todos los libros de Claudia Piñeiro y, hoy en su mesita de luz, aparece su último libro que es de cuentos.
—Es una lectura tan linda, tan llevadera, tan distendida. A mí me encanta como Claudia escribe y, por lo tanto, he leído todas sus novelas. Pero después tengo mucho de lectura dura también, que tiene que ver más con la política. He leído todos los libros de Bauman, por ejemplo. También leo revistas y cosas de turismo, de todo un poco.
En el año 2007, Margarita junto con otros dirigentes decidió irse del radicalismo, debido a que pactaron una alianza con el PJ y apoyaron la candidatura presidencial de Roberto Lavagna. En ese preciso momento, se fundó el GEN y en esa elección Margarita fue candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires, y salió segunda detrás de Daniel Scioli. Apoyó la candidatura a Presidente de Elisa Carrió.
—¿Si el radicalismo hubiera apoyado a Carrió podría haber sido electa presidenta en el 2007? ¿Y usted hubiera podido ser gobernadora?
—Claro que sí. Fue la mejor elección que hicimos juntas Carrió y yo.
Luego del triunfo del Acuerdo Cívico y Social en las elecciones legislativas del año 2009, el Gobierno de Cristina Kirchner a través de Randazzo, quien era ministro del Interior convocó a las fuerzas opositoras a un diálogo. Margarita junto con otros dirigentes decidió asistir a la propuesta del Gobierno Nacional. Carrió se enojó ferozmente con todos los que se sentaron a conversar con Randazzo.
—La posición de Carrió en aquel momento fue algo incomprensible. Ella entendía que no había que dialogar absolutamente con nadie. Claro que había mucha especulación del Gobierno. Pero lo que nosotros habíamos criticado siempre era que el Gobierno no dialogaba con nadie. Entonces cuando convocaron al diálogo, entendimos que teníamos que ir. Y de hecho fuimos todos los dirigentes: fueron los radicales, fueron los socialistas, fuimos nosotros. Y Carrió no, se plantó en que no había que ir y se enojó.
Aristóteles otorga una gran importancia a la amistad. De ahí que el zoon politikon ideal sea un amigo. “Cuando los hombres son amigos, ninguna necesidad hay de justicia, pero aun siendo justos, sí necesitan de la amistad”. La elección de la vida en común: solo la decisión de convivir politiza al ser humano. La convivencia entre Carrió y Stolbizer se deterioró en los últimos años. En una de las últimas sesiones del año 2017, en la que se debatía la ley del banco de alimentos, Carrió habló del “progresismo estúpido” al referirse al voto negativo de Stolbizer y de otros Diputados.
—Nosotros nos levantamos y nos fuimos de la sesión en ese momento. Es una forma de ejercicio de la violencia, ella está en un pedestal donde juzga a todos los demás. Tengo hoy posiciones muy diferentes de las de ella. Carrió dice que la política económica para los pobres se resuelve dando propina, por ejemplo. Para mí eso es una aberración ideológica. Y de la misma manera, ella llama progresismo estúpido a quienes cumplen con la ley. Contextualicemos el debate: Pese a haber perdido la votación en ese momento (del banco de alimentos) y pese a que se aprobó recientemente, la nueva ley jurídicamente no es sostenible porque exime de responsabilidad por el daño que produce un alimento en mal estado. Donen todo lo que quieran, pero si hay un alimento que produce un daño a una persona, el que lo donó tiene que responder por eso.
Aristóteles otorga una gran importancia a la amistad. De ahí que el zoon politikon ideal sea un amigo. “Cuando los hombres son amigos, ninguna necesidad hay de justicia, pero aun siendo justos, sí necesitan de la amistad”. La elección de la vida en común: solo la decisión de convivir politiza al ser humano. La convivencia entre Carrió y Stolbizer se deterioró en los últimos años. En una de las últimas sesiones del año 2017, en la que se debatía la ley del banco de alimentos, Carrió habló del “progresismo estúpido” al referirse al voto negativo de Stolbizer y de otros Diputados.
—Nosotros nos levantamos y nos fuimos de la sesión en ese momento. Es una forma de ejercicio de la violencia, ella está en un pedestal donde juzga a todos los demás. Tengo hoy posiciones muy diferentes de las de ella. Carrió dice que la política económica para los pobres se resuelve dando propina, por ejemplo. Para mí eso es una aberración ideológica. Y de la misma manera, ella llama progresismo estúpido a quienes cumplen con la ley. Contextualicemos el debate: Pese a haber perdido la votación en ese momento (del banco de alimentos) y pese a que se aprobó recientemente, la nueva ley jurídicamente no es sostenible porque exime de responsabilidad por el daño que produce un alimento en mal estado. Donen todo lo que quieran, pero si hay un alimento que produce un daño a una persona, el que lo donó tiene que responder por eso.
—Si una persona muere por el alimento que donó determinada empresa, ¿qué ocurre?
—No responde. Eso dice la ley. Si fuera abogada de la persona que se muere como consecuencia de un alimento en mal estado, le haría un juicio al que lo donó y al Estado y al banco de alimentos, y lo ganaba, porque, de ninguna manera, un juez ni la corte van a decir que no debe responder.
—¿Qué piensa de esos ruleros que Carrió sube a las redes?
—La verdad: me enoja un poco. Me parece que es burlarse de todos, intentar mostrar que ella está por sobre todas las cosas. Esas actitudes no me parecen bien. De la misma manera que cuando le marca la cancha al presidente y al Gobierno. Tampoco me parece bien. No está bien aún estando estoy en una posición crítica respecto del Gobierno, eso de jugar permanentemente, me parece que hay una disputa de poder permanente donde ella trata de marcar la cancha y demostrar que la que gobierna es ella. Eso es malo. Más allá del divismo de ella, de la locura de ella, lo grave es lo institucional. Cuando ella dice que “me van a sacar muerta a mí de la Casa Rosada” está queriendo decir que la que gobierna es ella. Cuando le dice al presidente todas estas cosas que ha dicho en estos últimos días ya no es un problema de lo que Carrió tiene como objetivo o su afán por competir con el presidente. Es lo que significa institucionalmente. Es grave institucionalmente que una persona crea que ella está por sobre todo. Es una conducta muy cristinista.
Los papás de Margarita eran médicos con una vocación enorme de servicio. Ambos murieron en el ejercicio de su profesión cuando se iban a trabajar.
—Si los tuviera enfrente, ¿qué les diría?
—Los abrazaría. Los besaría. Ellos amaban lo que hacían. Eran tremendamente austeros, honestos, generosos. Lo que soy lo he aprendido de ellos.
Me preguntaba cómo se arma una vida. ¿Con qué pequeños datos y grandes decisiones se va trazando ese retrato que, alguna vez, será lo que quede de esos años? ¿Pensó Margarita en el dibujo de su propia biografía cuando tomó ciertas decisiones? Hace veintisiete años que vive en la misma casa en Castelar. Tiene tres hijos: Nico, Fede y Juan (Tata para los amigos). Se resiste a hablar de uno solo. Nos cuenta que Fede y Juan militan en política, aunque lo hacen más con un espíritu de colaboración con su mamá: no es una prioridad.
Nicolás Laprovittola, su hijo mayor, juega en la Selección Nacional de Básquet; en el 2016, jugó junto a Manu Ginóbili en la NBA y hoy juega en el Club Joventut de Badalona, ubicado cerca de la ciudad de Barcelona. Nico comenzó a jugar al básquet por la película Space Jam, protagonizada por Michael Jordan. “Soy una madre reorgullosa, soy su fan número uno. Mis hijos se ríen y me cargan a mí porque soy refanática”, dice Margarita.
La dirigente del GEN mira pocas películas y, muchas veces, se queda fuera de conversaciones sociales porque no ve Netflix. De lo que sí puede hablar es de las denuncias que realizó contra Cristina Fernández de Kirchner y su familia. Se resiste a pensar que el kirchnerismo fue progresista, y asegura que bastardearon la palabra “progresismo”.
—Confirmaron los procesamientos de Cristina y de sus hijos en la causa Hotesur. ¿Qué análisis hace?
—Se ratifica lo que nosotros siempre dijimos. Yo procesé esa denuncia cuando todavía Cristina estaba en el gobierno. Mi pesquisa empieza cuando miro la declaración jurada de quien era la presidenta en ese momento, a muchos le llamaba la atención la cantidad de bienes que tenía, y a mí me llamaba la atención la cantidad de sociedades que tenía. Una sociedad era Hotesur. Fui al registro de la inspección de personas jurídicas y ahí lo que me me alarmó es que Hotesur no llevaba libros, no renovaba directorios, no pagaba las tasas y tenía domicilio falso. La sociedad de la presidenta de la Nación. Lo primero que hice fue una denuncia penal contra los funcionarios que teniendo que controlar, no lo hacían.
Eso después devino en una ampliación porque, obviamente, lo que empecé a ver era que una sociedad tan “trucha” por debajo tenía que tener negocios “truchos”. Ahí es cuando descubrimos que quien manejaba el hotel de ella era Lázaro Báez, el mismo que contrataba el hotel para sus empleados. Todo muy muy turbio. Siempre tuve la convicción, con documentos y cosas que iba juntando a la vista, de que los delitos estaban y también las pruebas estaban. Entonces lo que obtuvimos, siempre con mucha lentitud como es nuestra justicia, es la corroboración de aquellas cosas que nosotros habíamos dicho en un principio. Y no era la única Hotesur, después encontramos los mismos en la otra sociedad: Los Sauces. Cuando ella declaraba sus sociedades, una era Hotesur y la otra era Los Sauces. Empecé a mirar Los Sauces un tiempo después y también era tremendamente “trucha”, la conclusión era que se utilizaban esas sociedades como pantalla para encubrir los recursos ilegales.
No recuerda la última vez que habló con Cristina Kirchner y tampoco ve posible el hecho de tomarse un café con Cristina:
—El año pasado, ella me inició una demanda por daños y perjuicios. Fue una cosa totalmente ridícula, ilegal. Ella no me podía demandar por mis opiniones. Me hicieron una demanda y me convocaron a la audiencia previa de mediación. Ella pidió no verme en la mediación. Concurrí, ella también, estábamos en el mismo departamento, pero en habitaciones contiguas y separadas. Por eso, te digo que sería imposible pensar en un café. Después me insultaba en público. Pero nunca quiso enfrentarse. No me inició el juicio al fin.
—¿Está más cerca del gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz o de la gobernadora María Eugenia Vidal?
—De Lifschitz.
—¿Vidal echó a un funcionario del GEN luego de su denuncia relacionada con los aportantes “truchos”?
—Sí, es cierto. Me cuesta creer que ese sea el motivo. Hablaría muy mal de Vidal. Es cierto que fue al mismo tiempo. Endurecí mi posición acerca del Gobierno y automáticamente dejaron fuera a gente nuestra con el pretexto de que era parte del achicamiento.
—¿Su relación está un poco más fría con María Eugenia?
—Sí, no la veo hace tres o cuatro meses. Tengo una buena relación con ella, personal, institucional; de vez en cuando, nos juntábamos a tomar un café y a conversar.
—¿Ella la escuchaba?
—Si, Vidal tiene carácter positivo y nunca le cortó el diálogo a nadie, es muy respetuosa, tiene mucha vocación de convocar, de escuchar, de consultar, de contar. Después soy muy crítica de la gestión del Gobierno.
Stolbizer coincide con Beatriz Sarlo con que la herencia de Macri será peor que la de Menem porque se van acumulando las herencias. “Nosotros tuvimos: Menem fue un desastre, después el kirchnerismo sumó desastre, y Macri va a sumar desastre. Las consecuencias terminan siendo cada vez peores”, asegura.
Margarita elogia a Martín Lousteau y a Sergio Massa, como quien busca lo que hay de valioso en cada persona.
—¿Hay posibilidad de que Lousteau y Massa se unan?
—No lo sé, habría que preguntarles a ellos. Son dos personas muy capaces, pero naturalmente están en un espacio de competencia. Tampoco hay que descartarlo.
—¿Lousteau está en el universo progresista?
—Sí, claro.
—¿Y cómo evalúa usted que haya sido embajador argentino en los Estados Unidos?
—Martín Lousteau es uno de esos dirigentes que reúne múltiples y excelentes condiciones, pero toma decisiones equivocadas. Y lo tomo así. Todos en algún momento tomamos decisiones equivocadas. Además, ojo, equivocadas para mi forma de ser.
Margarita tomó lecciones de heroísmo de Raúl Alfonsín. Entiende que fue un gobierno que reflejaba y expresaba los principios de la socialdemocracia. Más allá de si él consiguió los resultados o no, no cree en ser resultadista: “Un problema es creer que los objetivos hay que conseguirlos en una gestión. La política, en general, tiene una visión muy cortoplacista porque la mirada está puesta siempre en la elección que viene o en la próxima gestión. Entonces no tengo dudas de que en la gestión de Alfonsín hubiera valores socialdemócratas”.
Margarita se considera feminista. “¿Qué es el feminismo? Es la búsqueda de la igualdad”, asegura. Entiende que el poder es naturalmente machista y que la política es una actividad hecha por y para varones. “El GEN es el primer partido político en la Argentina que tiene paridad, desde antes que estuviera la ley de paridad. Paridad en los cargos partidarios también”, evoca.
Margarita sostiene que es necesario un contrato social entre mujeres y varones para luchar por la igualdad: “no estoy con la idea de las mujeres sin los varones, sino con los varones”, aclara.
—Hay algunos que dicen que el Gobierno se parece a la Alianza. Alberto Fernández es uno de ellos. ¿Usted qué piensa?
—No, es un fantasma que agitan algunos. Es un contexto diferente, no creo que haya condiciones para un 2001. No me parece.
—¿Qué piensa de Felipe Solá cuando dice que hay que ir con Cristina?
—Lo mismo que opino de Solá cuando está de la mano de Macri. Lamentablemente, nunca se pone en el lugar adecuado, pero siempre cobra, eh.
Margarita es una dirigente diferente en el infierno de lo igual. Admira a la banda uruguaya “No Te Va Gustar”, no fuma marihuana y su tema de música preferido es Esas pequeñas cosas, de Joan Manuel Serrat. Según el filósofo alemán Carl Schmitt la esencia de lo político se basa en la distinción entre amigo y enemigo. Margarita está totalmente alejada de ese código binario. Se mira en el espejo, se reconoce en el espejo y se sonríe. La ausencia de odio se ve con claridad.
En toda guerra, hay personas que matan y personas que curan. No estoy seguro de nada, pero estoy seguro de que Margarita hubiera elegido curar.
NOTA: RAMIRO GAMBOA / SENDERO ELEGANTE
FOTOGRAFÍA: MILAGROS GRIECO / SENDERO ELEGANTE
COLABORACIÓN: LILIANA VELASCO – JUAN ZINGONI – JUAN PABLO CHIODI / SENDERO ELEGANTE