29/09/2012 22:00
Hoy termina mi estadía en Australia. Realmente un país increíble, muy interesante para profundizar en su cultura, su vida institucional, para recorrerlo y admirarlo.
Nuestro programa en la Universidad Tecnológica de Queenslad fue muy exitoso. Nos dieron un certificado que nos acredita como ex alumnos de esa prestigiosa casa de estudios. Sin duda adquirimos información, capacitación, nuevas habilidades y también conocimos excelentes personas que nos hicieron apreciar mucho más de ese estado y del país.
El paso por Sydney ha sido realmente fugaz, pero muy bien aprovechado y fascinante.
Si algo quisiera destacar es su marcada identidad multicultural. Algo que trasciendo a los pueblos que reciben corrientes migratorias del mundo que van asimilando a la propia. Australia es algo más que un país multicultural. Creo que es un país cuya propia identidad está conformada por esa gama de experiencias llegadas desde todo el mundo para fundirse en algo nuevo. Por eso es tan moderna, tan cosmopolita. Por eso aunque aparece allí casi cayéndose del mapa, cuando uno está aquí ésto parece el centro del mundo. Es porque aquí se concentran muchas porciones de ese mundo.
Tal vez esa esa misma característica la que hace que se respire de manera tan profunda el respeto por el otro. Todas las personas parecen metidas en sí mismas de tal modo que todo el resto puede sentir a pleno el ejercicio de su libertad. Nadie te mira, ni te juzga, ni te complica la vida. Al contrario. Ese ensimismamiento para que el resto pueda a su vez hacer lo que quiere como quiere, es alegre, fresco, positivo y también pone en evidencia en cada lugar y cada momento que todo australiano es capaz de saludarte, de ayudarte, de intentar comprender al otro desde cualquier lengua y posición. Porque hay respeto, hay un ejercicio pleno de la convivencia, de la confraternidad, de la vida comunitaria.
Un día nos advirtieron en Brisbane sobre «la hora pico», ya que en esos momentos el horario debía calcularse con 5 minutos de adelanto para evitar llegar tarde (son extremadamente puntuales, porque son terriblemente respetuosos del otro y de sus tiempos). Y nos reimos mucho los argentinos, porque el tiempo en que se producen congestiones (que no son tales. si vieran las nuestras!) es desde las 8 hasta las 8.05!!! jaja. fue una buena metáfora. Porque no hay nunca amontonamientos en el tránsito, ni hay demoras. Los transportes públicos son excelentes en la calidad del servicio que incluye los horarios. Pero por sobre todas las cosas, lo que se nota es que no hay gente que ande alterada por la calle, ni que grite, ni que proteste.
Una vez cuando era chica, mis padres se rieron mucho cuando pregunté qué era tener acidez. Claro, con lo que comía, era evidente que ignoraba qué era eso. Bueno, acá me parece que cualquier australiano podria preguntarnos: qué es el stress? No lo conocen?
Todo es tranquilo acá. Es la seguridad,sin duda. No solo la seguridad de andar con la mochila en la espalda o la cartera abierta sin temor a que nada te saquen. Es la seguridad del horario, de la previsibilidad de lo que pasa, de la estabilidad de la moneda y de las instituciones. Es la seguridad como indicador de una calidad de vida que se respira en la calle. Y se les nota!!
Vuelvo contenta a la Argentina ahora. Ya tengo ganas de volver a casa, de estar con la familia, de contar todo lo que hemos vivido, de comenzar a aplicar algunas de las cosas que hemos intentado aprender. Tengo ganas de volver a lo mío, a sufrir cada mañana en la autopista y a sufrir con las noticias sobre el Sarmiento o los crímenes en Lanús. Vivir cada día en nuestra tierra es pura adrenalina. Y nuestra sangre latina parece necesitar eso cada día para hacernos caminar.
Llevo los mejores recuerdos, imágenes y aprendizajes de Australia. Hemos conformado un grupo en lo humano y en lo político, excelente. Y volvemos con muchas ganas de profundizar, de hacer, de mejorar. Esperemos encontrar las condiciones necesarias.