En los últimos años creció la presión tributaria como proporción del PIB del 21% en 1999 al 31% en 2013, alcanzando niveles cercanos a Brasil (36%) y los países desarrollados (34%). Sin embargo, el necesario aumento de la presión tributaria presenta graves deficiencias.
En primer lugar, el sistema de impuestos en Argentina es regresivo e injusto. Los impuestos indirectos, más regresivos, representan 35% de los ingresos tributarios mientras que los directos, con mayor capacidad de redistribuir los ingresos, llegan al 21%.
En segundo lugar, el enorme esfuerzo en el pago de impuestos en Argentina no es devuelto por el Estado con servicios públicos de buena cobertura y calidad en salud, educación, seguridad e infraestructura. En cambio, muchos ciudadanos deben pagar, además de los impuestos, servicios privados para obtener lo que el Estado no da.
Por último, hay que tener en cuenta que, a diferencia de los países centrales, donde los niveles de evasión impositiva son marcadamente inferiores a la Argentina, la presión tributaria asfixia a los contribuyentes que cumplen con todas sus obligaciones tributarias y es muy habitual que aquellos que están en posiciones similares soporten cargas tributarias muy diferentes.
Nuestra propuesta no se centra en aumentar los impuestos, sino en rebalancear las cargas en la sociedad. Se trata de una estrategia de reforma seguida por varios países de la región, especialmente Uruguay (2007) y Chile (2014), con un resultado neutral en términos recaudatorios pero que han mejorado la estructura y el impacto redistributivo del sistema.
Nuestros objetivos son:
- Promover un amplio debate en el Congreso de la Nación sobre una reforma tributaria en la Argentina para avanzar en una distribución más igualitaria de los ingresos y dar bases sólidas y permanentes de financiamiento al sector público. Queremos ir del actual sistema enmarañado a uno simple con pocos impuestos más eficientemente cobrados, más justo y terminar con las dobles o triples imposiciones.
- Mejorar la progresividad del sistema impositivo y re balancear las cargas en la sociedad sin elevar la presión tributaria global. Impulsaremos una mayor incidencia de los tributos directos por sobre los indirectos, gravando de forma equitativa las diversas modalidades de renta, subiendo los mínimos no imponibles. El Estado deberá lograr que quienes más ganan contribuyan de manera progresiva para asegurar pisos de bienestar a cada ciudadano. Al mismo tiempo, reduciremos las cargas sobre los que menos tienen con esquemas de devolución parcial de IVA para grupos vulnerables.
- Consolidar en el centro del sistema un impuesto sobre los ingresos de las personas físicas de amplio alcance, por el cual todos declaremos anualmente nuestros ingresos, con la menor cantidad de exenciones posible, que grave de manera equitativa las principales fuentes de renta (salarial y capital), con un mínimo no imponible y deducciones razonables, a partir de las cuales se apliquen escalas progresivas para los ingresos medios y altos.
- Establecer un sistema federal de distribución de los recursos más eficiente, equitativo, justo y transparente.
Nuestras propuestas para los primeros 100 días:
- Menor presión tributaria sobre la clase media
La actualización de los tramos y escalas del Impuesto a las Ganancias en general, y se actualizarán las deducciones para los Empleados en relación de dependencia buscando un tratamiento equitativo para los Autónomos. Asimismo se actualizarán las escalas y los mínimos no imponibles del Impuesto a los Bienes Personales. - Impuesto a los que ganan más
Propondremos al Congreso un Impuesto sobre las Altas Rentas de Personas Físicas y Sucesiones Indivisas contribuyentes del Impuesto a las Ganancias. Se tenderá a que no paguen las empresas sino las personas físicas. El impuesto a ingresar por los contribuyentes indicados surgirá de aplicar una tasa adicional que definirá el Congreso sobre el monto de Impuesto a las Ganancias determinado. Este impuesto financiará la actualización de los mínimos deducibles y las escalas del impuesto a las Ganancias. - Gravar la renta financiera y el juego
Eliminación de las exenciones vigentes para la Renta Financiera: i) los intereses por depósitos a plazo; de los títulos y acciones y se propondrá la aplicación de un gravamen que considere las diferencias de precios originadas en la compraventa de acciones, bonos y demás activos financieros. Incorporar impuestos puntuales sobre actividades que generen fuertes externalidades negativas sobre la sociedad, por ejemplo, los juegos de azar. - Menos impuesto sobre los que menos tienen
Al nivel del IVA, proponemos un sistema automático de devolución parcial del impuesto a los sectores más vulnerables por sus consumos básicos (alimentos e higiene personal). La devolución se realizará en las cuentas bancarias de los beneficiarios. Con sus especificidades, tenemos el ejemplo de la Tarjeta Uruguay Social y de la devolución del IVA dispuesta en Ecuador por la Ley Orgánica de Discapacidades y la Ley del Anciano. - Reponer la contribución patronal.
Será al nivel previsto en la reforma de 1993/94 del 16%, teniendo en cuenta el tipo y tamaño de empresa. Eliminar la detracción en la coparticipación federal del 15% a las provincias debido a que fueran superados los motivos que dieron origen a esta medida. - Impuestos a favor de la producción
Eliminación de los Derechos de Exportación de las economías regionales. - Un sistema federal de distribución de los recursos más equitativo
Coparticipación de 100% del Impuesto a los Créditos y Débitos en Cuenta Corriente en el marco de un acuerdo federal para mejorar la calidad del gasto provincial en educación y en salud. En el mediano plazo, se propondrá reducir gradualmente este gravamen a fin de reducir costos y lograr mejoras en la competitividad.
Nuestras propuestas a mediano plazo:
- Una reforma profunda e integral debatida entre todos
Propondremos al Congreso un sendero gradual de reformas, capaz de dotar de mayor previsibilidad a la acción del estado en la materia reduciendo los grados de incertidumbre del contribuyente para alcanzar un sistema simple con pocos impuestos, más eficientemente cobrados, más justos y terminar con las dobles o triples imposiciones. - Un impuesto a los altos ingresos
Reemplazaremos el Impuesto a las Ganancias por un Impuesto al Ingreso que estará en el centro del sistema por ser el más progresivo. Vamos a determinar un esquema racional de mínimos no imponibles y deducciones, al tiempo que recuperamos la progresividad de las escalas y las alícuotas. - Impuestos a la riqueza
Restituiremos la imposición sobre herencias, legados y donaciones cuidando de aplicar un umbral exento lo suficientemente elevado como para garantizar que su alcance comprenda a los grandes patrimonios. - Un sistema más simple contra los evasores
Estructurar una transición sencilla y natural desde el Monotributo hacia el régimen general a fin de reducir la evasión en el Impuesto a los Ingresos de las personas físicas. Es una tarea compleja que implica resolver las situaciones de inequidad horizontal que hoy se dan entre Autónomos, Empleados en relación de dependencia y Monotributistas con los mismos niveles de ingresos. Vamos a simplificar, en lo posible, la estructura de los tributos, facilitando la incorporación de los contribuyentes con menor capacidad contributiva, al tiempo que se reduzcan los costos de formalización y se agilice la operatoria de los organismos de administración tributaria. - Un sistema tributario federal coordinado con las provincias
Incorporaremos criterios de complementariedad y coordinación con los sistemas impositivos provinciales, en el tipo de tributos de cada jurisdicción, en la estructura de los tributos y en la administración tributaria.